El Ayuntamiento de Málaga realizará en noviembre una consulta popular sobre el destino de los terrenos donde se asentaba la antigua refinería de Repsol. Se podrá votar presencialmente en las distintas oficinas de atención a la ciudadanía repartidas por la ciudad, además, podrá votarse online. Esta es, probablemente, una de las medidas de gobierno abierto más participativas que puedan realizarse.
No obstante, se ha producido gracias a la presión de la sociedad civil y a la nueva situación política. Todo partió de una iniciativa de dos ciudadanos que registraron una petición en Change.org para evitar la construcción en estos terrenos, solicitando que se convirtieran en un bosque urbano. En pocos meses la petición recogió 21.500 firmas. Las redes sociales “ardieron” con el tema, los medios de comunicación tradicionales se hicieron eco y ,tras ellos, los partidos políticos. Se creó una plataforma ciudadana a la que se adhirieron algunos partidos. El ayuntamiento se vio obligado a constituir una mesa de debate con la inclusión de los movimientos ciudadanos, y finalmente, se fijó la consulta popular para noviembre.
El Ayuntamiento de Málaga posee una buena web de participación ciudadana, bien diseñada e intuitiva que cualquier persona puede usar. Pero tener una web de participación ciudadana no es participación ciudadana. Hay que estar dispuesto a la participación ciudadana más allá de temas menores que los ciudadanos puedan proponer. Si no consultas a la ciudadania los temas que realmente les afectan, la ciudadania exigirá su auténtica y legitima participación en estas decisiones.
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